Macroflora del suelo
Macroflora
Las plantas, representadas por sus raíces y sus residuos sobre la superficie del suelo, forman lo que se denomida como macroflora. Su acción es muy importante en la formación de la estructura del suelo, debido a que las plantas produce residuos que son la fuente de energía para toda la actividad microbiana en la producción de polisacáridos y humus; las raíces no solo contribuye a la cantidad de residuos, sino que influye en la formación de agregados; además que la cubierta vegetal protege la estabilidad de los agregados superficiales contra la acción destructora de la lluvia. La afectación del suelo, por parte de las especie vegetales depende en gran medida a su propia arquitectura, el medio en el que se desarrollen y las asociaciones con la biota del suelo que estas puedan favorecer, estableciendo condiciones físicas y bioquímicas para la formación de la estructura del suelo. Existen plantas, como la alfalfa y el maíz, que pueden potencializar la generación de macroporos estables, que sirvan para el desarrollo de cultivos, mejorando la estructura del suelo y aumentando la producción de los agro ecosistemas. (Torres Guerrero et al., 2013)
El crecimiento de las plantas está influenciado principalmente por el tipo de ecosistema que crean las raíces, el cual es la rizósfera, que es la parte del suelo adyacente a las raíces; cuando éstas mueren y se descomponen se forman canales que permiten que el agua alcance las partes más bajas de la zona radical. Así mismo las raíces absorben agua y nutrientes solubles directamente desde la solución del suelo y también liberan compuestos orgánicos suministrando carbono y energía a otros organismos. Construyen poros que contribuyen a mantener el material orgánico del suelo, a través del ciclo de crecimiento, muerte y descomposición. Mediante procesos como el exudado y la liberación de compuestos orgánicos, las raíces son muy importantes para los organismos del suelo.(Zerbino y Altier, s,f.)
Importancia de la macroflora:
Protegen el suelo contra la erosión, porque las raíces y la cobertura evitan los deslizamientos y el arrastre.
Dan cobertura y alimento a la fauna silvestre, siendo esenciales para el mantenimiento de las especies.
Regulan el escurrimiento del agua. Evitan el escurrimiento superficial rápido de las aguas y forman una especie de esponja, que retiene el agua y permite la infiltración en el subsuelo.
Mantienen la fertilidad de los suelos y la restituyen. Son grandes productores de materia orgánica y recicladores de nutrientes. Cuando un suelo ha perdido la fertilidad.
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