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 LA VIDA DEL SUELO Y SU BIODIVESIDAD

Macrofauna del suelo

Macrofauna

La macrofauna es el grupo de organismos de mayor tamaño, entre 2 y 20 mm. Comprende una gran variedad de organismos que viven en la superficie del suelo, en los espacios del suelo (poros) y en la zona del suelo cerca de las raíces; está integrado por formicidos (hormigas), isopodos (bicho bolita), isoptera (termitas), quilopodos (cienpies), diplopodos (milpies), insectos (adultos y larvas), oligoquetos (lombrices) y moluscos (caracoles y babosas).

La mayoría de ellos tienen un ciclo biológico largo, estos grandes invertebrados se mueven libremente, pueden cavar el suelo y crear grandes poros. Las actividades físicas (mezcla del mantillo con el suelo, construcción de estructuras y galerías, agregación del suelo), así como sus actividades metabólicas (utilización de fuentes orgánicas disponibles, desarrollo de relaciones mutualistas y antagonistas), afectan muchos procesos del suelo. Entre éstos, mejoran la descomposición de la materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes en la rizosfera, modifican sustancialmente la estructura del suelo a través de la formación de macroporos y agregados, lo que afecta la tasa de infiltración y de aereación.

Estos procesos mejoran las propiedades funcionales del suelo, promoviendo el crecimiento de las plantas, mejorando la distribución del agua en el perfil y disminuyendo la contaminación ambiental (Zerbino y Altier, s,f ).

Los diversos organismos están ensamblados en variadas comunidades que colectivamente contribuyen con un amplio rango de servicios esenciales para el funcionamiento sustentable de los ecosistemas: intervienen en los ciclos de nutrientes, regulan la dinámica de la materia orgánica, capturan carbono y regulan la emisión de gases invernadero, modifican la estructura física del suelo, actúan sobre el régimen del agua y la erosión, participan activamente en los procesos de descomposición y mineralización de la materia orgánica, de la hojarasca y las excretas de los animales, además acelera de esta forma el proceso de reciclaje de los nutrientes.

En términos de su abundancia y sus funciones en el suelo, las lombrices de tierra, las termitas y las hormigas, son los animales más importantes de la macrofauna. De hecho, la importancia de sus actividades les ha causado a ser llamados "ingenieros del ecosistema".

Grupos funcionales de la macrofauna

Para reducir la innata complejidad de la trama trófica del suelo han sido propuestas distintas clasificaciones de grupos funcionales (FAO, 2001). Una de ellas, es la que divide a la macrofauna del suelo de acuerdo al comportamiento alimenticio. Los herbívoros se alimentan de las partes vivas de las plantas, los depredadores de animales vivos y los detritívoros de la materia orgánica no viva de origen animal y vegetal, de los microorganismos asociados, de heces de vertebrados e invertebrados, así como también de compuestos producto del metabolismo de otros organismos.

Hervivoros:

Entre el 40 y 90% de la producción primaria neta corresponde a las partes subterráneas de las plantas y una alta proporción de la misma es consumida por los invertebrados herbívoros que habitan el suelo, los cuales en su mayoría son insectos.

Algunas especies fitófagas del Orden Coleoptera (escarabajos) son consistentes componentes de las comunidades; una cantidad de individuos viven en la superficie y con vegetación baja, mientras que otros son verdaderos cavadores durante toda o parte de su ciclo de vida. Las hormigas cortadoras son consideradas los herbívoros más importantes de América del Sur, viven en grandes nidos subterráneos conectados por una serie de túneles, en el que cultivan una especie de “hongo de jardín” en lo profundo del hormiguero y dependen casi exclusivamente de estos para alimentarse. El mantenimiento del jardín es crucial para la supervivencia de la colonia y las obreras realizan una variedad de tareas incluyendo la búsqueda de hojas, cortarlas en fragmentos de tamaño adecuado, transportarlos fragmentos de hojas a la colonia, su masticación, el cultivo de los hongos alimenticios, el aseo del nido, el cuidado de las crías (huevos, larvas y ninfas) y la protección de la colonia (Biopedia.com, 2015).

Hormigas cortadoras de hojas o podadoras

La Familia Gryllidae del Orden Orthoptera (saltamontes, grillos, langostas) se caracteriza porque sus integrantes tienen alimentación omnívora. Son habitantes de áreas con vegetación rastrera. Son eficientes cavadores, las ninfas y los adultos abren galerías en el suelo, formando montículos de tierra en la superficie. En las galerías almacenan material verde y permanecen durante el día; a la noche salen a la superficie a cortar hojas. Están presentes en gramíneas y leguminosas forrajeras y en cultivos en sistemas de siembra directa. (Zerbino Bardier, 2005)

Detritívoros :

A este grupo pertenecen un amplio rango de grupos taxonómicos; los más importantes son: Oligochaeta (lombriz de tierra), Diplopoda (milpiés), Isopoda, e insectos pertenecientes a los órdenes Coleoptera (gorgojos, carcomas, barrenillos, mariquitas, sanjuaneros, aceiteros, cucarrones), Dictyoptera (cucarachas, manti), Diptera (moscas, mosquitos, tábanos) e Isoptera (termitas,comejenes).

  • Lombrices de tierra:

Desde el punto de vista funcional, son considerados ingenieros del ecosistema ya que su acción fundamental es la transformación de las propiedades físicas del suelo (regulan la compactación, la porosidad, las condiciones hídricas y la macroagregación). Existen, además, diferentes tipos o categorías ecológicas de lombrices, según dónde viven y se alimentan: epígeas, anécicas y endógeas. Las lombrices epígeas viven y se alimentan en la superficie del suelo, entre la hojarasca, son pequeñas, pigmentadas (con color rosado, rosado azuladas, con bandas amarillentas o naranjas) y tienen movimientos rápidos. Las anécicas y endógeas viven y se alimentan en el interior del suelo, aunque las anécicas migran a la superficie en busca de su alimento, son de medianas a grandes, parcialmente pigmentadas o no pigmentadas (blancas) y de movimi entos lentos.

  • Milpiés:

Artrópodos cilíndricos, segmentados, de múltiples patas, diferente coloración (negros, carmelitas y grises generalmente) y tamaño (desde 2 mm hasta varios cm de longitud). s, tienen una función importante en la fragmentación y descomposición de la hojarasca, influyendo en la disminución del tamaño de los restos vegetales. Algunas especies están fuertemente asociadas a madera podrida porque habitan bajo la corteza de los árboles, mientras otros solo se encuentran en cuevas. Tienen, al igual que otros habitantes de la hojarasca y la superficie del suelo, una alta dependencia del contenido de humedad.

  • Cucarachas:

Son insectos aplanados y de forma ovalada. Tienen la cabeza pequeña y triangular, de la que parten un par de antenas muy largas. Poseen piezas bucales masticadoras muy desarrolladas. Pueden tener, o no, alas e incluso las especies aladas no siempre vuelan. Son animales que tienen patas largas y espinosas, de ágiles movimientos. En el suelo habitan tanto formas inmaduras o ninfas, como adultos. Las cucarachas consumen con mayor frecuencia todo tipo de material muerto, ya sea de origen animal o vegetal (omnívoros y detritívoros). Algunas pueden consumir material vegetal vivo (herbívoros). Son de actividad nocturna fundamentalmente y se encuentran en un amplio rango de ecosistemas, desde áreas silvestres hasta cultivadas como por ejemplo, los sistemas agrícolas urbanos.

  • Termitas o comejenes:

Las termitas, como las hormigas, son insectos sociales, formadores de colonias donde conviven las diferentes castas. El par real (reina y rey) se encarga de la reproducción durante toda la vida de la colonia; las obreras y los soldados cumplen con la formación, cuidado del nido y la protección contra los depredadores, respectivam ente. Son de cuerpos blandos, blanquecinos o incoloros, con boca masticadora. A diferencia de las hormigas tienen antenas rectas, uniformes, no acodadas; además, no presentan la estructura de pedicelo entre el toráx y el abdomen.

Las termitas o comejenes se reconocen por su acción de agentes biológicos que atacan la madera, por lo que se les considera plagas urbanas y forestales; pero también intervienen en la descomposición de la materia orgánica, como organismos detritívoros de los ecosistemas tropicales. Se pueden encontrar en hojarasca, troncos caídos en descomposición, formando nidos en la superficie e interior del suelo y afectando árboles vivos. Para la construcción de los nidos transportan grandes cantidades de material orgánico, lo que contribuye significativamente al reciclaje de nutrientes y aumenta la actividad microbiológica del suelo. Con su función ecológica, influyen también en la porosidad, aireación y drenaje del suelo, lo que las asemeja a las lombrices y las hormigas como ingenieros del ecosistema. Son susceptibles a la degradación de los hábitats (Cabrera-Dávila, 2014).

Depredadores:

Este grupo funcional está integrado por individuos pertenecientes a las clases Arachnida (arañas, garrapatas, escorpiones, ácaros), Chilopoda (ciempiés), Hemiptera e Hymenoptera (abejorros, abejas y avispas).

Los integrantes del Orden Araneae (arañas) pueden representar la mitad de los depredadores de un agroecosistema. Son tan eficientes, que los cambios en la densidad afectan a las poblaciones de organismos considerados plaga. las principales presas son fundamentalmente insectos y otros artrópodos pequeños (Zerbino y Altier, s,f ).

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